Enero.

Fue un buen mes, incluso con éste frío rompehuesos; poder disfrutar mi soledad para ponerme a crear se ha vuelto cosa trascendente. Haberme decidido dejar los medicamentos (al fin) me ha hecho sentir más viva y con cierta autonomía, pues sentía un control imperecedero con tales cosas, la cosa ahorita es ganarle a su ausencia en mi cuerpo, pero, formalmente, pueden morder el polvo las benditas sustancias.

Por otra parte, una de las cosas más chingonas que pude haber vivido en este ciclo, fue conocer a Fred Kelemen, (mi cinefotógrafo favorito), de pura casualidad en la cineteca.

Ya he comprendido mucho mejor mi vida en calidad de estudiante, estamos ahorrando para poder comprar una mesa y unos bancos, surgió la idea de rentar el espacio que nos toca para poner coche, he de confesar que si he pasado días bastante difíciles, pero cualquier cosa sabe mejor después de la tempestad. Ya casi no visito a mi familia y extraño como nunca a mis gatos. 

Entre otras noticias, me invitaron a exponer el próximo mes. Ando seleccionando material, ahora concibo con mucha más seguridad mis tomas.