Juliana Alvarado

Eres el visitante número:

martes, 29 de septiembre de 2015




El reloj murió a cuarto para la medianoche, mi cabeza sangrando en la pared, las aves no lloran, los bebés no vuelan, ángeles congelados al pie de mi cama, mira, cómo no cambia nada.

Tiempo muerto en un cuarto a medianoche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario